Para la posteridad, posiblemente muchas personas escriban sobre sus vidas, sobre algo que los hizo felices o que los cambió. Pero yo no tengo la menor intención de escribir sobre mi vida, ya que no me interesa compartirla con el lector, yo escribiré, en cambio, sobre el fin de esta.
Si, la muerte, ese ente que tantos temen, y que en mí despierta alegria. Quiero dejar plasmado en la inmortalidad de un texto la belleza de la muerte, la hermosura de ese último aliento, de ese estertor del ser que está por fallecer. Imagine, solo imagine estimado lector, la alegría por la que se debe pasar al morir, al abandonar este mundo carnal.
Imagine, sienta y ¡muera por siempre!
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