Ahí va.
Ignorar, saber que estoy ahi y despreciarme.
Actuar con indiferencia, decir la más cruda verdad sin una sola palabra.
Devastar, con tanta facilidad que pareciese que lo hicieras como si de respirar se tratase.
Herir, sin siquiera mover un musculo.
Destruir, permitir que yo sólo lo haga y disfrutar observando.
¡Te pido a gritos que me hables, que me mires, que almenos me escupas!, pero no, tú sigues ahí, en tu nube flotante sin siquiera notar mi existencia.
Mejor dejame morir, pero deja de humillarme.